Antes que nada, quiero destacar la labor de nuestros soldados que fueron parte de la operación ejecutada el 11 de agosto del 2022 en la zona de Vizcatán y con la lamentable pérdida humana de dos militares, sin embargo, mi apreciación enfoca, más allá del desempeño operacional y táctico de todos los actores, los resultados obtenidos en una operación considerada la más grande y trascendente en los últimos veinte años por el despliegue humano, bélico y logístico realizado.
Hasta hoy, el balance de la batalla comprende: 10 a 15 posibles “terroristas abatidos”, el líder Víctor Quispe Palomino presuntamente “herido”; estos logros todavía no comprobados. Resultados simbólicos: Izamiento de la bandera en la zona alta de Vizcatán, recojo del fusil, ropaje y la gorra del camarada “José”; los verificables: armamento, municiones, equipos de comunicaciones, laptops, USB, manuscritos, etc., Se cuenta además dentro de los logros “estratégicos”, la “toma” de la zona de operaciones de los senderistas, “derribamiento” de cuadrillas senderistas, “desarticulación” de todo su sistema de comando, la “eliminación” del comité central, todo ello sumamente discutible y sujeto a observación y análisis.
Es oportuna la cita de la famosa frase del del ex secretario de estado USA Henry Kissinger cuando señalaba que “el ejército convencional pierde si no gana y la guerrilla gana si no pierde”, para el caso presente, habrá que decir sin rubor que las fuerzas combinadas, para la envergadura del operativo y desde la perspectiva de la Estrategia Nacional, no ganaron. El objetivo establecido, según el mismo jefe del COCOFFAA Manuel Gómez De La Torre, de capturar al camarada “José”, no fue cumplido, por tanto, aunado a dos perdidas de nuestros soldados, la “guerrilla” no perdió.
La capacidad resiliente de Sendero ya está en proceso y que no se descarte represalias y acciones terroristas en corto o mediano plazo. Los logros y el supuesto balance favorable del operativo pronto ira diluyéndose en el olvido y en las estadísticas, sin embargo, hay todavía cierto capital estratégico por rescatar de las informaciones y conocimientos que puedan obtenerse del material incautado.
Una discusión aparte es la labor de la inteligencia desarrollada pre y post operativo. El argumento de que la no salida por radio de “José” signifique que se encuentra herido o muerto, no es sostenible, pues es normal que, en tales circunstancias, los “guerrilleros” entren en riguroso silencio radial. En definitiva, aún con la muerte de “José”, los resultados serán magros en el balance global. En mi criterio, este operativo ha sido un evidente fracaso, no descarto incluso algo de montaje y sobreactuación. Pronto se develará la verdad una vez se apaguen las bombardas y la algarabía de una celebración que finalmente no corresponde.
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